Durante las últimas 48 horas, varios accidentes de tránsito han sido reportados en distintos puntos del país. Aunque El Salvador se encuentra en plena temporada de lluvias, los reportes no señalan a las precipitaciones ni al mal estado de las carreteras como responsables de los percances recientes. Por el contrario, la mayoría de incidentes se deben a la conducta imprudente de los conductores.

Colisiones entre vehículos particulares, impactos contra motocicletas y atropellos han ocurrido en zonas como San Jacinto, el redondel del Reloj de Flores y la carretera a Los Naranjos. En todos estos casos, la causa principal ha sido la velocidad inadecuada, la distracción al volante o maniobras temerarias, sin ninguna mención a la lluvia o condiciones peligrosas del pavimento.
Este patrón es claro: los accidentes no han sido provocados por el clima, sino por decisiones humanas evitables. Mientras muchos temen salir a las calles cuando llueve, los hechos recientes demuestran que el verdadero riesgo está en la imprudencia cotidiana.
La ausencia de menciones a lluvias intensas, deslaves o encharcamientos en los reportes oficiales y ciudadanos refuerza esta conclusión: la temporada lluviosa no ha sido factor en los accidentes registrados en este periodo.
Frente a esta realidad, es urgente replantear las prioridades en seguridad vial. No basta con esperar que el clima mejore. Hace falta más conciencia, respeto a las normas de tránsito y vigilancia efectiva para prevenir tragedias que sí se pueden evitar.