La violencia en la Franja de Gaza ha alcanzado niveles críticos en los últimos días, tras una serie de ataques mortales en Rafah, ciudad ubicada en el sur de este territorio palestino. El 1 de junio de 2025, un ataque israelí cerca de un punto de distribución de alimentos dejó al menos 31 muertos y más de 200 heridos, la mayoría civiles que esperaban ayuda humanitaria.
Apenas dos días después, el 3 de junio, otro incidente similar causó la muerte de al menos 27 personas y heridas a más de 150. El ejército israelí admitió haber realizado los disparos, justificando su acción al señalar que se trataba de personas sospechosas que habrían desviado su ruta, supuestamente representando una amenaza.
Organismos internacionales, entre ellos la ONU y Médicos Sin Fronteras, han condenado enérgicamente estos ataques, alertando sobre posibles crímenes de guerra y demandando una investigación independiente inmediata.
Paralelamente, la crisis humanitaria en Gaza continúa empeorando. Desde octubre de 2023, más de 54,000 palestinos han fallecido y cerca de 125,000 han resultado heridos. Además, se estima que alrededor de 2.1 millones de habitantes están en riesgo de inanición debido a las fuertes restricciones impuestas al ingreso de ayuda humanitaria.
En este contexto, el grupo Hamás ha propuesto una nueva ronda de negociaciones sobre la propuesta estadounidense de alto el fuego. Hamás se comprometió a liberar a diez rehenes israelíes vivos y entregar los cuerpos de otros dieciocho a cambio de una tregua completa y la desmilitarización de Gaza. Sin embargo, tanto Israel como Estados Unidos han rechazado estas condiciones, calificándolas de insuficientes.
La comunidad internacional continúa observando con alarma el rápido deterioro de la situación en Gaza, llamando urgentemente a ambas partes a retomar el diálogo y detener la violencia que sigue cobrando vidas inocentes.
