Washington, 6 de julio de 2025. El magnate tecnológico Elon Musk ha oficializado la creación del America Party, una fuerza política nacida del descontento ciudadano y dirigida a sacudir el arraigado sistema bipartidista de Estados Unidos. El anuncio, realizado a través de su plataforma X, fue precedido por una encuesta donde más del 65 % de 1,2 millones de usuarios votaron a favor de un nuevo partido.

“El America Party se forma hoy para devolverle al pueblo su libertad”, escribió Musk, marcando el inicio de lo que él considera una cruzada contra la élite política tradicional. El movimiento, según sus primeras declaraciones, se enfocará en principios de austeridad fiscal, desregulación económica, impulso al libre comercio y atracción de talento inmigrante altamente cualificado.

Aunque no podrá postularse a la presidencia por haber nacido fuera del país, Musk deja claro que el partido intentará posicionarse como fuerza decisiva en las elecciones de medio término en 2026. Su estrategia apunta a unos pocos escaños clave en el Senado y la Cámara de Representantes, donde podría convertirse en árbitro legislativo.

Analistas políticos destacan que el America Party enfrenta serios desafíos: desde la complejidad del acceso a las boletas estatales hasta la ausencia de una estructura partidaria funcional. “La historia de Estados Unidos está llena de terceros partidos que nacen con fuerza mediática y mueren por falta de organización”, advirtió el analista electoral Brett Kappel.

Aun así, el poder económico de Musk y su influencia mediática podrían romper precedentes. Algunos comparan este movimiento con el intento de Ross Perot en los 90 o el Forward Party de Andrew Yang, aunque ninguno logró consolidarse como alternativa viable a largo plazo.

Mientras tanto, desde el oficialismo y la oposición, el silencio es tenso. El America Party ha sido recibido con escepticismo, pero también con atención. Su potencial para desequilibrar el tablero electoral en 2026 comienza a generar preocupación.

El experimento Musk apenas comienza, pero ya ha capturado titulares, encendido debates y prometido dinamitar la comodidad del status quo político estadounidense.